Resumen 2011 2ªparte: Contador II il grande

Tras 4 meses de competición que, aunque intensos, no saciaron el hambre de competición de los aficionados, llegaba porfín la primera 'grande' de la temporada, el Giro, una ronda italiana que esta vez pintaba mejor que nunca, tanto por el recorrido, que asustaba, diseñado especialmente para los más grandes escaladores, como por la participación, encabezada un Alberto Contador que volvía enrabiado, y que ya aviso, no se guardaría nada por lo que pudiese pasar con su sanción y el TAS.

Cómo decíamos, el Giro 2011 estaba preparado para ser uno de los más duros de la historia, en sus 21 etapas contábamos con 40 subidas y 7 etapas con final en alto más una cronoescalada, entre las cotas que estaban programadas sobresalían algunas cómo Etna, Crostis, Zoncolan, Grossglockner, Passo Fedaia, Passo Giau, Gardeccia o Sestriere, casi nada.
A parte habría 63 kilómetros contra el crono divididos en 2 contrarreloj individuales y una por equipos.
A parte de Contador, en Turín tomarían la salida ciclistas de la talla de Nibali, Scarponi, Igor Antón, Menchov, Joaquim Rodriguez o Roman Kreuziger, que optarían a la general, Cavendish, Farrar, Pettachi o Rojas para las volatas y segundas espadas de lujo como David Arroyo o Thiago Machado.

Con los ingredientes puestos, había que cocinar el espectáculo, 216 bicicletas arrancaron en Turín el 7 de Mayo de 2011 con un solo objetivo en mente, llegar a la meta de Milán.
La primera etapa, una crono por equipos la ganó el favoritísimo HTC, que cual locomotora de vapor batió a los 23 conjuntos restantes poniendo al italiano Marco Pinotti como líder. Al día siguiente tras un sprint un tanto polémico, Mark Cavendish se puso de rosa, relevando a su compañero gracias a las bonificaciones que obtuvo en la meta de Parma, donde uno de los veteranos Alessando Pettachi se llevó primera etapa en línea.

La tercera etapa del Giro 2011 será recordada por los aficionados al deporte como una de las más tristes y trágicas tardes que nos ha dado este deporte, la etapa supuso el primer triunfo español de la ronda italiana, por Francisco Ventoso, pero lo importante sucedió unos minutos antes. Descendiendo el Passo de Bocco, camino de Rapallo, final de etapa que se encontraba a 25 km, Wouter Weylandt, sprinter de Leopard-Trek y ganador entre otras de etapa en el Giro '10 y la Vuelta '08, perdió el control de su bicicleta, cayéndose e impactando contra un muro a unos 80 km/h, tras 40 minutos inconsciente, los médicos confirmaron su fallecimiento. Se trataba de la cuarta muerte en un Giro de Italia. Cómo cabía esperar, su equipo se retiró tras una 4ª etapa que valió como homenaje al ciclista belga, los 8 miembros restantes del Leopard más su íntimo amigo Tyler Farrar,  que también abandonó la competición, cruzaron la línea de meta con los brazos en alto en dedicatoria al "Tranvía de Gante".




El Giro seguía, y los ciclistas tenían que continuar pedaleando, al fin y al cabo, también así es el ciclismo. En la quinta etapa comenzaba un nuevo Giro, tras la tragedia del lunes, el sterrato aparecía en escena, poniendo en duda de nuevo la seguridad de este Giro, la etapa acabó con la victoria y puesta de líder de Peter Weening y ninguna desmembración destacable entre los favoritos. La sexta etapa cayó a manos de otro español, Fran Ventoso, al sprint, ganó contra pronostico a Cavendish y compañía. Y el séptimo día llegaba la montaña, o no, porque la primera etapa considerada importante para la general resultó insignificante para esta, los favoritos ni se movieron, y Weening seguía de rosa. Quizás porque creía que la ventaja que consiguiese en el Etna no sería suficiente para ser líder o simplemente para dar un poco más de espectáculo, en la octava etapa, Alberto Contador atacó al fin, aunque no fue suficiente ni para ponerse líder ni para ganar la etapa, que gano Gatto, el pinteño araño 17 segundos que podrían ser útiles en el futuro.
Si tenemos que poner un principio a la veradera carrera para los favoritos, ese sería la novena etapa, con dos pasos y final en el Etna. De nuevo, Contador nos deleitó con una exhibición a las que cada vez estamos más acostumbrados. Excepto a Jose Rujano, que siguió con Alberto hasta 2km a meta, el madrileño se fue solo a partir de un duro ataque cuando aún quedaban 7 km para conquistar el mítico volcán. Contador ya era líder, y con1:21 de ventaja sobre el primer favorito, Nibali, pintaba bien.



Tras un día de descanso, comenzaba la 2ª semana de Giro, que en su primera mitad sirvió para que Cavendish se desquitase de las oportunidades perdidas, ganando dos etapas y para que Alberto Contador conservase, sin problema alguno, su 'maglia rosa' . El jueves volvía la montaña, la etapa, con final en el Grossglockner era el primer embite de un carrusel de grandes etapas, donde las bicicletas no volverían a rodar en llano hasta la crono que cerraría el Giro en Milán. Por si cabía alguna duda de que estaba enorme, Contador llegó a la cima austriaca de nuevo con Jose Rujano, al que no disputó la etapa después de ayudarle todo el puerto. El venezolano ya había cumplido, Contador no, aunque tenía ya más de 3 minutos de ventaja con todos sus rivales y daba la impresión de que iba con una pierna, aún no había ganado nada, y posiblemente porque el lo sabía mejor que nadie, no soltaría el acelerador en lo que quedaba de Giro.

Era el turno ahora de los chicos del Euskaltel, sin su gran líder, Samuel Sánchez, el mítico conjunto vasco ganaría consecutivamente dos etapas, dos de las míticas y seguramente las dos mejores etapas de este Giro. Igor Antón y Mikel Nieve conquistaron Zoncolan y val-di-Fassa respectivamente, tras dos etapas de las que merecen ser grabadas y vistas una y otra vez. Alberto Contador, a todo esto, seguía intratable, volvió a dar otra exhibición en la etapa reina (la de Mikel Nieve) y se consolidó como primero de la general, muy lejos (a 5 minutos) quedaban ya Scarponi, Gadret y Nibali, sus perseguidores. Entre los españoles, Mikel Nieve (5º) era el mejor clasificado, ni Sastre, ni Joaquim Rodriguez ni Igor Antón, que pagó el esfuerzo del Zoncolan, estaban finos y quedaban claramente descartados ya para un posible podium.


Habían sido tres etapas tanto intensas como bonitas y los protagonistas se merecían un respiro. Pero como si de una broma de mal gusto se tratase, el 23 de Mayo, en la segundo y ultima jornada de descanso de la ronda italiana, Xavi Tondo perdía la vida en Granada, tras ser aplastado por una puerta de garaje. Segunda muerte para el mundo del ciclismo en muy poco tiempo. Xavi, que estaba viviendo su mejor temporada tras fichar por el Movistar y arrebatar precisamente a Contador la Vuelta Castilla y León, se preparaba, lleno de ilusión, para ir como líder al Tour de Francia, no pudo ser.
No fue una jornada de luto y neutralizada como fue la posterior al fallecimiento de Weylandt (Tondo no estaba participando en el Giro) pero no había demasiadas sonrisas en las caras de los ciclistas, que afrontaban una última semana durísima y que comenzaba con una cronoescalada. Y de nuevo fue Contador. Inconmensurable, el español volvió a ganar etapa y a demostrar que no había nadie mejor que él, no en este Giro. Quedaban 5 etapas , todas importantes, 3 de montaña, una de media montaña y la contrarreloj que cerraría la carrera, pero la sensación era de que todo estaba ya dicho. Y si alguna vez pensaron que podían llegar a acercarse al líder, la idea se desvaneció cuando en la decimonovena etapa Alberto Contador volvió a pasar a todos los favoritos y llegó a la cima del Macugnaga con su ex compañero en Astana, Paolo Tiralongo, al que con un gesto de señor, le cedió el triunfo de etapa. La cima de Sestriere resolvió todas las dudas, si es que quedaba alguna, y "solo" sirvió para que Joaquim Rodriguez confirmase su mejora de la última semana, para ponerse 5º en la general y para que Vasil Kiryenka pudiese con, su victoria, homenajear a su compañero, Xavi Tondo.

La contrarreloj fue el paseo triunfal que se merecía Contador después de unos meses de sufrimiento que parecían no tener fin. El que para muchos es el mejor escalador del mundo demostró en Italia (otra vez) que lo es, con quizás la mejor participación en una Gran Vuelta de la historia, aplastando y humillando a unos rivales que precisamente nunca fueron eso, rivales.

Así quedaron las clasificaciones finales: